Estos días atrás Meat Market presentó su oferta gastronómica de primavera-verano. Una carta basada en su filosofía de negocio (productos de kilómetro 0, Carnes de origen y productos de temporada) pero introduciendo platos más ligeros, refrescantes y sabrosos para días en los que el apetito nos pide algún cambio en la dieta.

Juan Carlos, jefe de sala, nos deleitó con un showcooking en los que preparó los siguientes platos:
Para comenzar  nos explicó como hacen el aceite que sirven en el Restaurante, el cual elaboran a partir de un aceite de oliva virgen extra valenciano, macerando en el mismo tomate deshidratado valenciano, pimienta rosa y romero, de forma que en pocas horas obtiene ese sabor suave y oloroso característico.

Como entrantes, un crujiente de huevo de corral con chistorra navarra sobre una base de cebolla caramelizada. Un plato fácil de degustar, suave (la chistorra se nota en su justa medida) y que te prepara para los platos siguientes.

Otro entrante es su gazpacho con melón. No apto para los devotos del gazpacho andaluz  pero sí recomendado para aquellos que buscan nuevas sensaciones o sabores y  en especial a los que el pepino (ingrediente que se sustituye por el melón) les repite y no les deja disfrutar plenamente de la riqueza y frescura que nos proporcionan los gazpachos.  A destacar que nos les sirve cualquier tomate, sino que lo  preparan  con tomate del Perelló.

A continuación degustamos dos steak Tartar, uno tradicional, como marcan los canones  y otro al estilo de Meat, en donde los sabores de conocido steak se ven influenciados por aromas ahumados con una técnica elaborada por Pacocinillas. La característica es la prevalencia de los sabores auténticos de la carne levemente aromatizada con el humo de la leña usada y la ausencia de huevo que seguramente agradecerán los que cuidan por encima de todo su colesterol.

Como plato principal un chuletón de vaca sayaguesa con treinta días de maduración y levemente ahumada con la mísma técnica que la del steak tartar. La poca cocción de la misma junto a los aromas que le proporcionan los ahumados y lo tiernísima que se presenta al comensal dan un plus a una carne ya de por sí muy sabrosa.

Como postre, una creación ideal para estas fechas, fresco y sabroso compuesto por un sorbete de mango con una cobertura de chocolate. Un postre que pone la guinda a una sobremesa donde los sabores tradicionales están patentes en todos los platos.